jueves, 12 de febrero de 2009

P a u l a y F r a n c i s c o

Venas que sienten destinos, que escuchan sinfonías en colores vivos. Se duelen, se excitan y no sienten amor. Pero qué más da, se agradan y hasta donde ellos saben con eso es suficiente.


Venus tiene la culpa, la cercanía planetaria ha descontrolado su piel, la Diosa del amor  los incita. Y ella quiere que la sientan /Y él quiere sentir.
A los dos les es difícil pensar mientras el cuerpo se abandona al placer del otro. Sus respiraciones son profundas-rítmicas-rápidas y fluyen líquidos: sus bocas, sus lenguas. Un demonio de dos sexos y  más de dos concepciones.

Eros se desliza entre las llagas jóvenes. Ella quisiera desistir; guardar  vigilia de su carne o por lo menos reservarse al hombre que la ha tomado por esposa. Pero aprehender al amante de maneras más carnales es más tentador,  y el descontrol la arrastran al final.

Ya están sumergidos en el segundo círculo del infierno, muertos a traición, por deseo y engaño. Ella se siente rendida pero continua dejándose. Entonces el juego se vuelve reciproco o  rayando en lo escandaloso. Ella hunde sus labios rojos en él, le besa el cuello y tiembla entre sus piernas, le muerde la oreja alunatada y siente una nueva especie de vibración.

Hablan entre suspiros que deben de ser significados.

Comprenden entonces que son un sólo un fuego y ha de arder sin extinguirse. En el contacto místico ella descubre su casa eterna entre la clavícula de su compañero. Por fin entienden que se aman y en el mismo acto se han condenado. 










Reedición: 29 de abril del 2010




3 Retroalimentaron:

Anónimo 12 de febrero de 2009, 18:58  

Hola Yuriann. Entré a tu blog por casualidad y me quedé leyendo tu entrada más reciente y me ha gustado mucho, no había leído algo así desde hace mucho y probablemente por eso me gustó tanto. Disculpa, no he leído "La divina comedia" y no puedo decirte más sobre el escrito...

T_T

Pero me gustó mucho como lo describes.

Saludos... ojalá te des una vuelta por mi blog.

Cristian L.

Yurian 23 de enero de 2010, 0:18  

a mi ya no me late este cuento, no no no no no

caosimaginario 30 de abril de 2010, 12:32  

Me parece bueno el uso de las figuras de los dioses de la belleza y del amor para representar el deseo y el acto carnal. Los personajes del cuento están totalmente poseídos por esas fuerzas divinas. No pueden escapar a ellas, e irremediablemente caen en sus juegos, a pesar de lo complicado o prohibido de la relacion. Al final se dan cuenta de que han caido en un juego del que es dificil huir
Muy bueno, seductor y sugestivo. Me gusto.

nota: me parece que es "llagas" y no "yagas", por lo demas muy bien, espero que te sirva